Aunque resido y soy de Estella-Lizarra y mi raíz es manchega, nací en Pamplona (Navarra-España), el penúltimo sábado del verano de 1965, cuando quedaban ciento once días para acabar el año. Según la hemeroteca ese día no ocurrió nada memorable.
Mi madre, se llamaba Llanos, tuvo la razón profética que solo tienen las mujeres que siempre están viajando del cariño a la necesidad, y de esta a la primera luz del día.
Y así fue como sin ni siquiera saberlo, me fui haciendo poeta: por necesidad y asombro. Es la misma vida; necesidad y asombro, la una es necesaria, el otro es asombroso. En su domesticación solo el látigo de la palabra puede, cambiando una letra, hacerlo corazón y ser latido, el resto sólo es cuestión de acento.
Desde entonces he publicado dos libros de poemas “Sé de los charcos” en 2017 y “Como una sirena que me abraza” en 2018, junto a la compañía La Nave Teatro hemos estrenado en 2018 una hermosa obra de teatro “Goyena Arraiza Emilia”, convertida la escena en un sincero homenaje a la mujer de la guerra civil española y a su lucha constante.
Lo demás son las rutinas de un hombre que ejerce de periodista, que sabe soñar y ama a su sirena.
Alguien a quien le siguen encandilando esas cosas que los demás dicen, pobrecitos, que no sirven para nada.